sábado, 9 de abril de 2011

Tipos de texto según su estructura: el texto narrativo.


    El texto narrativo, o narración, generalmente presenta una historia, real o ficticia, en la que unos personajes viven determinados sucesos en un tiempo y en un espacio concretos. Como unidad comunicativa, los elementos de la narración se relacionan directamente con los elementos de la comunicación. Además, la intención comunicativa del texto narrativo se manifiesta en la relación entre los elementos de la narración y los de la comunicación. De esta manera, el narrador se identifica con el emisor; el público o lector, con el receptor; la acción, con el mensaje; y los personajes, el espacio y el tiempo conformarían la situación; el canal y el código dependerían del tipo de texto narrativo. Por supuesto que esta caracterización admitiría matices, pues en el caso de una narración en primera persona el narrador se correspondería con uno de los personajes, generalmente el protagonista. Antes de estudiar los aspectos formales del texto narrativo, es conveniente que nos acerquemos de manera breve a los  elementos de la narración:
  • El narrador: la presencia de un narrador es la característica fundamental de la narración. Su implicación y el punto de vista que adopte nos permite distinguir tres tipos de narradores. El narrador en primera persona se identifica con el protagonista (narrador-protagonista) o con un personaje secundario que cuenta hechos en los que ha participado o de los que ha sido testigo (narrador-testigo)El narrador en tercera persona conoce a los personajes, su pasado, su forma de ser y de pensar, sus intenciones y sus sentimientos más íntimos... Es el llamado narrador omnisciente. Pero puede ser un simple espectador de lo sucedido que narra sólo lo que se percibe externamente; en este caso es el narrador-observador. El narrador en segunda persona es mucho menos frecuente que los anteriores. El narrador analiza y da su opinión sobre situaciones y personajes, y sobre sí mismo. Su análisis equivale a una autobiografía.
  • El receptor: también está implícito en la narración en la figura del destinatario.
  • La acción: comprende el desarrollo de los hechos. El orden de éstos puede ser muy variado y está determinado por la actitud del emisor.
  • Los personajes: son los que sustentan la acción. Se distinguen principalmente tres tipos. El protagonista es el personaje en torno al que gira toda la acción. Puede haber varios protagonistas o coprotagonistas. El llamado antagonista es el que se opone al protagonista en el conflicto de la obra. Los personajes secundarios son los que acompañan a los protagonistas y son relevantes en el desarrollo de la acción. Los personajes, en especial los protagonistas, deben ser presentados convenientemente. Puede ocuparse de esta tarea el narrador, mediante una descripción de sus características físicas y psicológicas, de su ambiente, de su situación... Pero también el lector puede conocer a los personajes a través de lo que dicen y de sus actuaciones; la caracterización de los personajes se va fraguando a medida que avanza la acción.
  • El tiempo narrativo: distinguimos el tiempo externo o histórico, que hace referencia al contexto, ya sea pasado, actual o futuro, en el que se sitúa la acción, por ejemplo, podemos narrar sucesos situados en la Edad Media, en nuestros días o en el año 2024; y el tiempo interno o del relato, que hace referencia a la duración de los acontecimientos que viven los personajes. El tiempo interno puede ser construido por el escritor siguiendo un orden cronológico lineal, o bien este orden puede romperse en favor de la anticipación de hechos futuros, prolepsis o flash-forward, o en favor de la vuelta a hechos sucedidos en el pasado, analepsis o flash-back.
  • El espacio narrativo: es el escenario físico en el que se desarrolla la acción. Las circunstancias geográficas, sociales, históricas... que conforman el espacio determinan el desarrollo de la acción y configuran el ambiente. Puede ser real, si se corresponde con lugares auténticos,o imaginario, si ha sido inventado o creado por el escritor.
     La importancia de la acción, como elemento principal del texto narrativo, determina sus características lingüísticas y la función del lenguaje empleado. Por ello predomina la función referencial, pues la intención del emisor es transmitir una información. También se utiliza la función poética, ya que es frecuente, sobre todo en literatura, que se recurra a elementos retóricos para llamar la atención sobre el propio mensaje. Los rasgos lingüísticos más destacados en la narración son los siguientes:
  • Rasgos léxicos: predominio de verbos debido a la importancia de la acción; abundancia de verbos de movimiento (ir, atravesar, caer...), de verbos de lengua (responder, afirmar, decir...) y de verbos de pensamiento (pensar, opinar, considerar...)
  • Rasgos morfológicos y sintácticos: variedad de formas verbales con predominio del pretérito perfecto simple de indicativo (llegamos, vieron) combinado con el pretérito pluscuamperfecto (habían callado); uso del pretérito imperfecto para indicar la duración de una acción (caminábamos) y del presenta de indicativo con valor histórico para acercar la acción al momento en que se habla (Lope muere en el siglo XVI); empleo de oraciones enunciativas, condicionadas por la función referencial; abundancia de complementos circunstanciales (Llega mañana por la tarde a las ocho) y de oraciones subordinadas adverbiales (No montaron el campamento donde habían imaginado)
  • Rasgos textuales: empleo de marcadores textuales y conectores relacionados con la acción. Predominan los que indican tiempo, causa o finalidad (un tiempo después; con motivo de; para que)
     En el siguiente fragmento narrativo podemos observar algunos de los rasgos característicos del lenguaje de la narración:

      Era una de esas soleadas mañanas de la primavera limeña, en que los geranios amanecen más arrebatados, las rosas más fragantes las buganvillas más crespas, cuando un famoso galeno de la ciudad, el doctor Alberto de Quinteros -frente ancha, nariz aguileña, mirada penetrante, rectitud y bondad en el espíritu- abrió los ojos y se desperezó en su espaciosa residencia de San Isidro.

  1. era...: pretérito perfecto y pretérito imperfecto para contrastar acciones acabadas e inacabadas.
  2. amanecen: presente histórico.
  3. cuando: conector temporal.
  4. frente ancha...: descripción con función poética.

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